El Museo de Historia Natural Peabody de Yale alberga el esqueleto de un Archelon ischyros, reconocido como la tortuga más grande que jamás haya existido.

Kane Khanh | Arqueología
May 26, 2024

El Museo de Historia Natural Peabody de Yale alberga el esqueleto de un Archelon ischyros, reconocido como la tortuga más grande que jamás haya existido.

El Museo Peabody de Historia Natural de Yale alberga el esqueleto de un Archeloп ischyros, reconocido como la tortuga más grande que jamás haya existido. Esta colosal criatura marina tenía bopes en forma de engranaje, que funcionaban como placas de bope del estómago que defendían contra las amenazas desde abajo. Curiosamente, el esqueleto muestra una aleta inferior derecha faltante, con evidencia que sugiere que esto se debió a un incidente en sus primeros años de vida.

El Museo de Historia Natural Peabody de Yale alberga el esqueleto de un Archelon ischyros, reconocido como la tortuga más grande que jamás haya existido.

Esta lesión potencialmente ocurrió durante su fase de eclosión, ya sea por un intento de ataque de un pájaro mientras se dirigía al mar o por un depredador más grande, como un mosasaurio o un Xiphacti. Se estima que vivió unos 100 años, este Archeloп ischyros medía unos impresionantes 15 pies (460 cm) desde la cabeza hasta la cola, medía 13 pies (400 cm) de aleta a aleta y pesaba nada menos que 4.900 libras (2.200 kg).

El Museo de Historia Natural Peabody de Yale alberga el esqueleto de un Archelon ischyros, reconocido como la tortuga más grande que jamás haya existido.

Viviendo hace entre 80 y 66 millones de años, los fósiles de estas magníficas criaturas fueron descubiertos en regiones como parte de Dakota del Sur y Wyomig, o se sumergieron bajo un mar poco profundo durante el período Cretácico Superior. Su extinción podría atribuirse a una mayor depredación de sus huevos y crías en la base, además de un clima más frío, factores que otras especies de tortugas lograron sobrevivir debido a sus capacidades de termorregulación adaptativa.