Alrededor del año 4000 a. C., una niña de Vedbаek, Dinamarca, fue enterrada con su hijo pequeño acostado en el ala de un cisne.

Kane Khanh | Arqueología
May 18, 2024

En el antiguo cementerio de Vedbaek, Dinamarca, un descubrimiento extraordinario de aproximadamente el año 4000 a.C. ha captado la atención tanto de arqueólogos como de historiadores. Conocida como el “entierro del ala de cisne”, la Tumba 8 contiene los restos de una joven y su hijo, dispuestos de una manera cautivadora y enigmática.

Alrededor del año 4000 a. C., una niña de Vedbаek, Dinamarca, fue enterrada con su hijo pequeño acostado en el ala de un cisne.

Se cree que la joven falleció durante el parto, dejando atrás su cuerpo prematuro. La disposición del entierro es lo que lo distingue como un ejemplo sorprendente de simbolismo y sistemas de creencias antiguos. El 𝚋𝚊𝚋𝚢 fue colocado cuidadosamente en el ala de un cisne, lo que provocó intensos debates entre los expertos sobre el significado de este gesto.

Se han propuesto numerosas interpretaciones, cada una de las cuales intenta desentrañar el significado detrás de esta práctica funeraria única. Algunos especulan que el cisne simboliza la pureza, mientras que otros creen que representa la capacidad del pájaro para atravesar el agua, la tierra y el aire, sugiriendo quizás un paso entre reinos en el más allá.

Alrededor del año 4000 a. C., una niña de Vedbаek, Dinamarca, fue enterrada con su hijo pequeño acostado en el ala de un cisne.

Un aspecto notable de este antiguo entierro es el cuidado con el que se enterraban los cuerpos. Las costillas de la joven madre muestran signos de haber sido apoyadas, posiblemente con una “almohada” orgánica para garantizar comodidad y reverencia en su sueño eterno. Esta atención al detalle sugiere una creencia en la continuidad del espíritu con el cuerpo físico incluso después de la muerte.

Alrededor del año 4000 a. C., una niña de Vedbаek, Dinamarca, fue enterrada con su hijo pequeño acostado en el ala de un cisne.

El ‘entierro del ala de cisne’ de Vedbaek sigue siendo un misterio cautivador, que arroja luz sobre las creencias espirituales y culturales de los antiguos pueblos que vivieron hace miles de años. A medida que los arqueólogos continúan explorando el sitio y analizando sus hallazgos, se abre una ventana al pasado, proporcionando información sobre los complejos rituales e ideologías de nuestros ancestros lejanos. La joven y su hijo, unidos en un delicado abrazo con el ala de un cisne como recipiente, son un testimonio atemporal de la perdurable búsqueda humana por comprender la vida, la muerte y los misterios que se encuentran más allá.