Cuando LAPD tomó la creatividad al extremo »Archeaology»
LOS ÁNGELES, 1920-En una era en la que se prohibió el alcohol, el crimen era desenfrenado y las ciudades estaban en auge, el Departamento de Policía de Los Ángeles una vez desplegó una táctica sin precedentes: una motocicleta que tiraba de una jaula de metal de tamaño completo. No es una patrulla o una camioneta de policía, sino una moto, remolcando a un sospechoso en silencio sentado detrás de las barras de acero por la calle.
Una rara fotografía en blanco y negro, que se cree que fue tomada a principios de la década de 1920, ha provocado curiosidad y diversión décadas después. En la imagen, se ve a un oficial uniformado escribiendo un informe mientras detrás de él se encuentra una jaula de hierro vertical. En el interior se encuentra un hombre en un Fedora, agarrando las barras en silencio.
Motocicletas policiales, delincuentes callejeros y cárceles portátiles, ese fue el "triángulo de seguridad" de los primeros Los Ángeles.
Ante una explosión en población y recursos limitados, el LAPD en la década de 1920 estaba bajo presión para encontrar soluciones prácticas. Desde alrededor de 500,000 residentes en 1920, Los Ángeles aumentó más de 1 millón en una década. El caos urbano, la violencia de las pandillas durante la prohibición y la escasez de vehículos de patrulla dejaron la fuerza luchando.
La respuesta: una jaula de cárcel móvil, montada sobre ruedas y enganchado a la parte trasera de una motocicleta policial.
"La cárcel de la motocicleta fue como una advertencia viva: si infringe la ley, lo hará enrollar por la calle para que todos lo vean", recordó más tarde un oficial de LAPD retirado en una memoria.
Aunque puede parecer algo de una comedia de bofetada, estas jaulas eran reales. Algunos incluso tenían candados, placas de identificación y puertas correderas, diseñadas para detener a los delincuentes pequeños como borrachos, carteristas o infractores de tráfico.
Pero la invención no duró mucho. La moto era difícil de controlar mientras remolcaba una celda de acero, y la seguridad tanto para el oficial como para el detenido era cuestionable en el mejor de los casos. Las preocupaciones de los derechos civiles pronto también surgieron.
Más allá de la función, la cárcel de la motocicleta se convirtió en una herramienta visual, un símbolo de autoridad. En un momento turbulento, mostrar a alguien encarcelado en público envió un mensaje a cada transeúnte.
Algunos sociólogos lo han llamado "teatro de castigo", mientras que otros lo ven como una fase de los crecientes dolores de la aplicación de la ley estadounidense.
Hoy, la foto se muestra en las exhibiciones de la policía histórica como una marca de soluciones inventivas, si no extremas,. Se destaca tanto como un ingenio como una reliquia de una era pasada donde la justicia, la movilidad y el espectáculo cabalgaron brevemente por las calles de Los Ángeles.