Esqueleto Humano de 2,000 Años Encontrado en Pompeya: Cabello Blanco y Oreja Conservada Ofrecen Pistas Intrigantes sobre la Momificación Antigua.

July 24, 2024

Un esqueleto con pelo blanco y una parte de una oreja aún intacta ha sido descubierto en la antigua ciudad romana de Pompeya, en el sur de Italia. Se cree que la tumba data de varias décadas antes de que Pompeya fuera destruida por la erupción del Monte Vesubio en el año 79 d.C.

Esqueleto humano de 2.000 años con pelo blanco y parte de una oreja debido a una momificación parcial en Pompeya Se ha descubierto en Pompeya un esqueleto parcialmente momificado, con pelo blanco y parte de una oreja aún intacta, perteneciente a un hombre que organizaba espectáculos en griego.

Una tumba bien conservada más allá de las cenizas

Los arqueólogos lo han descrito como “uno de los esqueletos mejor conservados jamás encontrados en esta antigua ciudad”. Agregaron que esto también es inusual porque los adultos que morían generalmente eran cremados durante el período romano. En aquella época sólo se enterraba a los niños después de muertos.

Esqueleto humano de 2.000 años con pelo blanco y parte de una oreja debido a una momificación parcial en Pompeya Los investigadores han estado trabajando para aprender más sobre el hombre en la tumba, incluso a través de inscripciones y otros registros que ayudan en el archivo.

Los investigadores están trabajando para aprender más sobre el hombre de la tumba, pero inicialmente lo identificaron como Marcus Venerius Secundio, que murió a la edad de 60 años y era bastante rico. Se originó como un esclavo que supervisaba el Templo de Venus, pero trabajó duro para ganarse la libertad y posteriormente alcanzó un cierto estatus social y económico.

Esqueleto humano de 2.000 años con pelo blanco y parte de una oreja debido a una momificación parcial en Pompeya Esta inscripción revela quién fue enterrado en la tumba.

Se sabe que los investigadores encontraron el nombre de Marcus Venerius Secundio en los archivos de tablillas de cera del banquero Cecilius Giocondus, que tenía un apartamento casi intacto en la zona de la Via Vesuvio de Pompeya. Además, la grandeza de la tumba y la inscripción en la lápida recién descubierta atestiguan la riqueza de su propietario.

La inscripción en la lápida decía que después de obtener su libertad, el trabajo de Marcus Venerius Secundio en la ciudad era organizar espectáculos en griego, no en latín, lo que sorprendió a los investigadores. Gabriel Zuchtriegel, director del Parque Arqueológico de Pompeya, afirmó: “Las actuaciones en griego que se realizan son prueba de la atmósfera cultural vibrante y abierta de la antigua Pompeya”.

Esqueleto humano de 2.000 años con pelo blanco y parte de una oreja debido a una momificación parcial en Pompeya La tumba donde se encontró el esqueleto parcialmente momificado y bien conservado.

El equipo arqueológico también está investigando por qué el cabello y parte de la oreja de Marcus Venerius Secundio permanecen intactos. Sugieren que hay signos de que este individuo podría haber sido momificado. Además, las características de la tumba, incluida una habitación sellada, permitieron una mejor conservación.

Esqueleto humano de 2.000 años con pelo blanco y parte de una oreja debido a una momificación parcial en Pompeya Una oreja y algo de pelo en el cráneo se conservaron gracias a las condiciones secas dentro de la tumba.

El profesor Llorenc Alapont de la Universidad de Valencia dijo: “Aún tenemos que entender si la momificación del difunto se debió a una manipulación intencionada o no. Los análisis de los tipos de tejidos encontrados aquí podrían proporcionar más información, ya que algunos tejidos se usaban comúnmente para la momificación”. Los restos del esqueleto y los materiales orgánicos encontrados en la tumba han sido transportados a un laboratorio para futuras investigaciones.

Esqueleto humano de 2.000 años con pelo blanco y parte de una oreja debido a una momificación parcial en Pompeya Dicen que el descubrimiento arrojó nueva luz sobre la vida cultural de la ciudad antes de que fuera destruida, presentando evidencia del uso activo del griego junto con el latín.

¿Qué pasó con Pompeya?

La erupción del Monte Vesubio en el año 79 d.C. arrasó Pompeya, dejando gran parte de la ciudad sepultada en cenizas. El Monte Vesubio, situado en la costa suroeste de Italia, es el único volcán activo en el continente europeo y está a unos 15 km de Pompeya. El Vesubio es considerado uno de los volcanes más peligrosos del mundo.

Los registros muestran que la erupción del Vesubio creó una nube piroclástica, una mezcla de gases tóxicos calientes y materia volcánica que se formó cuando las columnas de erupción colapsaron, liberando ceniza volcánica y propagándose rápidamente a áreas cercanas a velocidades increíbles. Los flujos piroclásticos pueden descender a velocidades de hasta 700 km/h y alcanzar temperaturas de 1.000 grados centígrados, por lo que toda la población de Pompeya quedó sepultada rápidamente tras la erupción.

Esqueleto humano de 2.000 años con pelo blanco y parte de una oreja debido a una momificación parcial en Pompeya El Monte Vesubio entró en erupción en el año 79 d. C., sepultando las ciudades de Pompeya, Oplontis y Estabia bajo cenizas y fragmentos de roca, y la ciudad de Herculano bajo un flujo de lodo.

El famoso poeta romano de la época, Cayo Plinio Cecilio Segundo (más conocido como Plinio el Joven), observó el desastre desde lejos, y en el siglo XVI se encontraron cartas que describían lo que vio. “Una columna de humo como un pino se elevó del volcán y rápidamente oscureció las ciudades circundantes como la noche”, escribió Plinio el Joven. Fue entonces cuando las nubes piroclásticas descendieron sobre Pompeya, enterrando permanentemente la antigua ciudad.

Los investigadores estiman que unas 2.000 personas murieron en Pompeya. Sólo se han descubierto unos 1.000 cadáveres desde que comenzaron las excavaciones en el lugar a mediados del siglo XIX. Debido a que la muerte llegó tan rápidamente, muchos cuerpos se conservaron como momias de yeso, conservando la forma que tenían en el momento del entierro.