Nuevo análisis revela que la persona enterrada en el Palacio de Cortés era una mujer azteca, no un monje español
Una investigación reciente en el Palacio de Cortés en Cuernavaca, México, ha disipado una idea histórica errónea de larga data sobre la identidad de un esqueleto exhibido en el sitio. Inicialmente se creyó que eran los restos de un monje español, pero en cambio se identificó que los huesos pertenecían a una mujer indígena de mediana edad.
El entierro de una mujer azteca que fue encontrado bajo el Palacio de Cortés en México. Crédito: INAH
Se pensó que el entierro, excavado inicialmente en 1971, era el de Juan Leyva, un monje español que sirvió a la marquesa Juana de Zúñiga y Arellano, esposa de Hernán Cortés. La identificación se basó en un códice franciscano del siglo XVI que describía el entierro de Leyva junto al portón de la antigua casa. Sin embargo, las discrepancias en las características esqueléticas, como la posición de enterramiento similar a la del feto y la modificación craneal, generaron dudas sobre esta identificación.
El Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) de México anunció recientemente los resultados de un nuevo análisis realizado por los antropólogos Pablo Neptalí Monterroso Rivas e Isabel Bertha Garza Gómez. Su examen desafió una creencia arraigada y determinó que el esqueleto era, de hecho, el de una mujer tlahuica, miembro de la tribu azteca.
El análisis esquelético reveló que el individuo era una mujer, con edades comprendidas entre 30 y 40 años en el momento de su muerte. La presencia de aplanamiento craneal, una posición de entierro similar a la de un feto y otras características distintivas sugirieron un origen indígena. Los investigadores propusieron que la mujer fue enterrada ritualmente, posiblemente como parte de una serie de eventos, como sacrificios, alrededor de la época de la invasión española entre 1500 y 1521.
Una imagen más reciente del esqueleto. Crédito: INAH
Jorge Angulo, arqueólogo del INAH, comentó sobre la importancia del hallazgo, afirmando que “está más relacionado con un entierro prehispánico, que podría pertenecer al período de contacto o anterior”. Esto desafía la creencia anterior de que el entierro perteneció a un monje español y resalta la importancia de reevaluar los supuestos históricos.
El estudio también descubrió huesos adicionales de otros individuos, incluidos un bebé y un niño, lo que genera sugerencias de una posible conexión familiar. Para aclarar aún más las relaciones, los investigadores recomendaron realizar un estudio de ADN. A pesar de los desafíos que plantea el estado dañado del esqueleto después de años de exposición y los problemas de humedad posteriores al terremoto de 2017, el equipo expresó su esperanza de que serían posibles más esfuerzos y estudios de preservación.
El entierro de la mujer tlahuica tiene un significado especial debido a su asociación con el Palacio de Cortés, el palacio construido por los españoles en la década de 1520 sobre las ruinas de la ciudad azteca de Cuauhnáhuac. La ventana arqueológica reabierta, ahora actualizada con una placa que declara que el entierro es el de una “Mujer Tlahuica”, sirve como un conmovedor recordatorio de la compleja historia inherente al sitio.
Izquierda) El Palacio de Cortés en México. Derecha) La ventana arqueológica, visible en esta imagen, fue reabierta con una nueva cédula, en la que consta que el entierro perteneció a una mujer tlahuica. Crédito: INAH
Como enfatizaron en su informe los antropólogos físicos Monterroso Rivas y Garza Gómez, “Vale la pena reiterar la importancia del entierro y su asociación emblemática con el palacio”.
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